Aprendí de uno de mis mentores que el crecimiento económico solo puede venir de dos fuentes. Por nuevas invenciones (crecimiento Schumpeteriano; más complejo pero más duradero), o por racionalización de talento/recursos (crecimiento Ricardiano; más fácil de conseguir pues basta con permitir la libre circulación de personas y capital, que ayuden a desmantelar ineficiencias).
La experiencia observada desde 1990 sugiere que el primer motor del crecimiento en Europa ha sido precisamente esa constante dirección hacia la unificación y libre circulación de recursos (capital financiero y humano), que dio lugar a un crecimiento Ricardiano que duró hasta el 2008. Es innegable que una de las marco-tendencias más prominentes a nivel global ha sido la formación del último ‘gran imperio europeo’ (lo que se conoce como UE), y que se ha dado tanto en forma de expansión territorial -caída del muro y expansión hacia el Este-, como en forma de regulación unitaria de sectores clave como el de telecomunicaciones, bancario, fiscal, industrial, salud, etc… con el deseo de forjar una unión, incluso política, aún más estrecha.
Bien. Los imperios necesitan de sus propias monedas (eso explica la aparición del Euro), y a medida que ese imperio se construye (o expande), la demanda de esa moneda va en aumento, ya que cada nuevo estado absorbido en el imperio arrastra nuevas compañías y consumidores que necesitan de esa moneda para su circulante, su ahorro, etc … lo que ayuda a mantener una cierta fortaleza de la divisa. (Valga esto como respuesta a un buen amigo Mexicano, quien me confesó que estaba sorprendido por la fortaleza del Euro).
Indiscutiblemente, la tendencia en los últimos 30 años ha sido hacia la integración Europea (y eso ha explicado tanto el crecimiento Ricardiano observado desde los 90, como la fortaleza del Euro en los últimos tiempos -por la demanda de los nuevos miembros-).
La reflexión -como siempre incómoda- que les planteo tal día como hoy es la siguiente: ¿Que debería pasar con una divisa (el euro) cuyo mejor escenario es, como máximo, preservar sus fronteras actuales; y al mismo tiempo sno podemos descartar la salida de algunos de sus estados miembros?
Nótese que no me refiero solo a miembros de la Eurozona. Basta que sean estados miembros de la UE que mantienen un peg con el Euro (lo que de facto convertía su moneda en un pseudo-euro). En mi opinión, una salida de estos miembros supondría una contracción de ese «imperio», y por consiguiente una menor demanda potencial de la moneda del imperio. ¿Una mera hipótesis? Ya estamos viendo ejemplos. Vimos el Swexit y la posible ruptura de los pactos bilaterales entre Suiza y la UE, la pulverización de su peg con el euro, y ahora ya se habla del próximo desanclaje de la corona danesa con el euro, o incluso del Brexit, que aunque muchos piensan que es difícil ver la salida del Reino Unido, lo cierto es que es muy posible que gane la opción de imitar el modelo noruego, manteniendo un tratado comercial bilateral pero sin formar parte de la estricta burocracia de la UE). Y aunque acabe por no pasar nada de esto, piensen en lo que les dije antes. El mejor escenario es, como máximo, preservar el actual tamaño de este «imperio».
Para un servidor, lo que se atisba en el horizonte de un futuro no muy lejano son dos cosas:
- La gran expansión (y la gran demanda de moneda euro por parte de nuevos miembros), pertenece ya al pasado.
- Sin más «expansión del imperio», no hay más racionalización de recursos (no habrá un renovado flujo de personas ni de capitales). Puede que este flujo crezca, pero no serán flujos nuevos, y por consiguiente, no serán cuantiosos. Considerando esto, es fácil llegar a la conclusión de que NO experimentaremos en Europa el crecimiento Ricardiano visto en las últimas décadas, y quedaremos a expensas de nuestra capacidad para generar crecimiento Schumpeteriano (El difícil. El que requiere talento e inventiva)
La segunda reflexión que les planteo aquí también es sencilla. ¿Quien tiene más capacidad de generar en el futuro este tipo de crecimiento basado en nuevas invenciones: USA o Eurozona? Para mí está claro. Baste con observar el ratio de inversión por capita, o inversión sobre PIB.
De todas maneras, les daré una pista. ¿Cómo se explican ustedes que tras la crisis financiera global del 2007-08, los EUA hayan podido salir mucho antes de la recesión y lleven ya tres años creciendo a un promedio del 2.5%, cuando en Europa apenas hemos promediado el 0.75%? (les suplico que no me respondan que fue gracias a un QE más temprano. A estas alturas, eso sería un insulto al intelecto).
No. Visto en perspectiva (siempre obligatoria), es más plausible pensar que la diferencia entre uno y otro tendría su origen en lo que les explicaba antes. En igualdad de condiciones para generar crecimiento Ricardiano des de 2008, los EUA siempre muestran más y mejor disposición para el crecimiento Schumpeteriano (inventiva). Y eso, señores, no va a cambiar.
Si esto es así (y aprovecho para recordarles que puedo equivocarme), desde este preciso instante, y para el futuro, mi apuesta es que va a haber más demanda natural de USD que de EUR; una demanda originada para respaldar precisamente un mayor crecimiento orgánico y más duradero (al menos, respecto a la Europa). A no ser, claro está, que la UE se expanda con éxito hacia Rusia. Pero mucho me temo que eso sea menos probable que llegar a Marte en bicicleta.
Cordiales recuerdos des de mi Buenos Aires querido
Álex Fusté
Economiata jefe de Andbank
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