El mercado de divisas se ha convertido definitivamente en el paraíso del horror asimétrico. Unas veces te eleva a las cimas mas elevadas de la fortuna, y otras (quizá a modo compensatorio), te precipita a los abismos del infortunio. Lo peor es que uno y otro destino son, hoy por hoy, aleatorios, pues en verdad los precios se fijan en el margen, y como ocurre en los mercados de deuda, muchos inversores han sido expulsados del mercado. Difícil acertar en el corto plazo, pues.
Por ejemplo. Hoy mismo. Una pregunta que me hago es: ¿Cómo es posible que el dólar no consiga salir de su rango y apreciarse de forma consistente? No se precipiten al responder y consideren lo siguiente:
1. La Fed parece haber vuelto a la senda del endurecimiento monetario (leve y lentamente, pero endurecimiento al fin y al cabo).
2. Existe un completo derrumbe en economías importantes como Rusia o Brasil (con implicaciones que van más allá de lo que uno pueda pensar).
3. Persiste la incerteza sobre la viabilidad de China (nada más y nada menos).
4. Tenemos guerras civiles en Oriente Medio y el Norte de África y que están provocando una crisis migratoria de refugiados sin precedentes, haciendo temblar los propios cimientos de la UE (como demuestra que los proponentes del Brexit no se mueven en el
discurso de lo económico, si no en el de la inmigración).
5. Vemos hoy a un BCE que está rompiendo las reglas del juego…
6. … y a un Banco de Japón que continúa jugando al juego de “no retorno”, y que se ha convertido ya en el principal accionista del Nikkei (o dicho de otra manera, el Nikkei puede ser ya la empresa semi-pública mas grande del mundo).
¿Cómo es posible, pues, que en este entorno el dólar no consiga hacer nuevos máximos? Parece que la respuesta se reduce a que el mercado entero ha recortado sus expectativas de subidas de la Fed. ¡Como si esto fuera el único catalizador para el dólar! Por algún motivo inextricable los inversores piensan solo en términos de la Fed. Con toda humildad, creo que es un error. Es como habitar voluntariamente en un mundo cúbico, estrecho, elemental… cuando el mundo se ha mostrado sobradamente complejo y enrevesado. A veces pienso, como aquel escritor, que la condición humana cede con suma facilidad al encanto del simplismo, convencidos de haber completado su Opus magnus, en su empeño de alcanzar rápidamente el conocimiento. Cosas como estas son las que hacen de la condición humana, después de las alas de las gallinas, la cosa más absurda bajo la capa del sol. Sea como fuere, y persistiendo en nuestro empeño de visualizar en 360º, creo que el dólar puede seguir ahora dos caminos. Después hablaremos de cual parece más razonable (aunque esta última palabra sea de difícil encaje en los mercados hoy en día).
1. El circo político de los EE.UU puede menoscabar los “animal spirits” de los empresarios norteamericanos, lo que tendría un efecto en forma de datos macro desalentadores. Sin duda, eso haría que la Fed pasase de sonar “hawkish” a sonar “dovish” otra vez (como hicieron los bancos centrales de Nueva Zelanda o Noruega). El dólar perdería vigor en este escenario. Pero la caída debería limitarse al corto plazo, pues si en verdad debe haber un retroceso en la economía, eso se traduciría de forma matemática en una mejora en su balanza por cuenta corriente (como suele ocurrir), lo que daría lugar a una escasez de dólares en el mundo (pues esta balanza representa el único mecanismo para proporcionar dólares al resto del mundo). En un entorno de escasez de dólares, esta divisa debería tender a apreciarse.
2. La Fed sube tipos en verano y prepara el terreno para otra subida en Diciembre. Esto podría suponer el inicio de un nuevo “bull market” para el dólar. Fin de la historia.
¿Qué hacer al respecto? ¿Tomar el camino de la izquierda? ¿El de la derecha? Quizá lo mejor sea echarse a un lado, sentarse en el margen, y pensar no en los caminos o la reacción lógica del dólar en cada camino, si no en cómo reaccionarán los inversores. No lo sé, pero vista la pregunta que les planteaba al principio, quizá sea lo mejor. Por mi parte, lo único que puedo ofrecerles como economista convencido de que el precio del dinero debe ser un precio natural (y no artificial), es decirles lo que creo que debiera hacer la Fed en las circunstancias actuales (lo
que no significa que vaya a ocurrir). Mi respuesta es que creo que debiera anunciar que tomará el segundo camino (ver punto 2, arriba). Por supuesto, me puedo equivocar. La Fed puede anunciar subidas y el dólar permanecer en su rango.
En fin. Los mercados y el simplismo “fructífero” de los humanos. Pensar que puedes acertar a corto plazo es más descabellado que creer en la transfiguración temporal del alma para hablar un rato con tu suegra difunta. Y no lo digo por lo de la transfiguración, sino por que
uno no quiere hablar con su suegra ni cuando está viva. (Vae victus)