El asesoramiento filantrópico es cada vez más demandado por clientes que poseen inquietudes altruistas. Inversores acostumbrados a buscar la mejor rentabilidad para su dinero, que a la vez son partidarios de realizar aportaciones a proyectos que impacten positivamente en la sociedad en general o en colectivos desfavorecidos en particular. De todo ello hablamos con Marcelino Blanco, director de Planificación Patrimonial de Andbank España, con amplia experiencia en este ámbito.
P. ¿Qué os demandan los clientes en el ámbito de la inversión filantrópica?
R. Cada vez con más frecuencia los clientes se interesan por inversiones de carácter filantrópico y valoran muy positivamente que Andbank colabore con determinados proyectos solidarios o de carácter humanitario. Al verlo, se sienten parte del proyecto.
P. ¿Cómo articuláis esta demanda, asesorando acerca de productos adecuados de inversión ética para el cliente o participáis también en la creación de fundaciones u otras opciones?
R. Asesoramos a nuestros clientes sobre aquellos productos de inversión que tienen componente filantrópico o de responsabilidad social. Hay en el mercado fondos de inversión de carácter ético o socialmente responsables. Además, muchos nos expresan su voluntad de participar activamente en alguna fundación o entidad sin ánimo de lucro. Algunos de nuestros clientes ha constituido fundaciones que destinan sus recursos a otras fundaciones. Y sin ningún interés económico por su parte: las fundaciones son entidades con un patrimonio separado que es de su propiedad, ese patrimonio no volverá nunca a sus promotores.
P. En los últimos tiempos algunos inversores están poniendo el foco en la innovación y el I+D, ¿hay opciones de inversión ética o socialmente responsable que trabajen también este ámbito?
R. Por supuesto que las hay. Cada vez son más los proyectos de I+D que se presentan a clientes de banca privada, todo sea dicho, por su beneficiosa fiscalidad. No obstante, a la hora de elegir un proyecto de I+D, los clientes se interesan por proyectos relacionados por ejemplo con la investigación médica, medioambiente, biotecnología o seguridad vial. Se valora de forma muy positiva la inversión en proyectos que tengan repercusión social.
P. ¿El inversor español de alto patrimonio tiene inquietudes filantrópicas? ¿cuáles son sus preferencias?
R. Sí tiene inquietud por este tipo de inversiones, aunque a veces es desconocedor de las existencia de inversiones socialmente responsables. Todo lo que tenga un fin social: protección a la infancia, colectivos desfavorecidos, bienestar de los enfermos, etc. Desde luego que un elevado porcentaje de las personas con un patrimonio importante dedican parte de sus recursos a proyectos de este tipo y sin ningún interés. Y con una petición de anonimato, no suelen querer que se dé publicidad sobre su participación. Creo que la comunicación ha tenido un papel muy importante para despertar estas inquietudes ya que cada día, de una u otra manera, en uno u otro medio, vemos lo que ocurre en el mundo que nos rodea.
P. ¿Cuáles son los beneficios que obtiene el inversor que dedica parte de su patrimonio a este tipo de inversión social o ética? ¿se miden en términos de satisfacción personal, rentabilidad, fiscalidad?
R. Yo diría que la satisfacción personal en primer lugar. Y a esto le ayuda la favorable fiscalidad: las donaciones pueden tener una deducción fiscal de hasta el 35 por 100 del importe donado. La deducción por I+D también tiene importantes beneficios fiscales, la rentabilidad fiscal de estas inversiones suele ser superior al 15 por 100.