Eduardo Martín, responsable de Productos y Desarrollo de Negocio de Andbank España
Eduardo ha liderado todos los proyectos asociados al lanzamiento y distribución de productos para las redes de banca privada de Andbank y valora mucho el que en su trabajo diario no haya rutina: «Es lo que más me gusta de mi trabajo, que hago mil cosas diferentes, no tengo tareas repetitivas y eso es muy divertido. Al no haber rutina, se trabaja mucho y se aprende mucho». Su trabajo es de coordinación y permite engrasar la maquinaria que mueve a todos los departamentos al unísono: «trabajo con las redes comerciales, que levantan ideas que nacen del trato con el cliente y empezamos a ver cómo hacer factible eso, cómo darle forma. Mi trabajo es convertir ideas que están en vertical, en horizontal, ver que pueden pasar sin problemas por todos los pasos de la cadena: que el banquero lo pueda contar y vender, que jurídicamente cumpla escrupulosamente la legalidad, que se pueda liquidar desde el punto de vista de Operaciones o que se pueda reflejar bien en las posiciones integradas».
No todos los proyectos salen adelante, pero Martín asegura que sabe lidiar bien con la frustración: «Muchas ideas se quedan por el camino, por distintas razones: porque se detecta que no hay interés en el mercado, no cuadra con las necesidades del banco o chirría en alguno de los eslabones de la cadena, entonces el proyecto tiene que caer. No puedes dejarte vencer por la frustración, yo pienso que el ensayar, probar o incluso equivocarse es muy relevante porque te permite siempre aprender y empezar una cosa nueva, me lo tomo bien».
Al igual que en el trabajo, en su vida personal asegura ser ‘multitarea’: «ahora me toca una etapa muy familiar, con dos hijos de 3 y 5 años. Por la mañana hasta las 8.30 que les llevamos al cole trato de aprovechar esa horita solo para estar con ellos, hacerles el desayuno y desayunar con ellos. Por la noche al cuento casi siempre llego, no me gusta ser padre de fin de semana; el cuento, los dientes, la cena y el periodo de acostarse también es mío».
La vida familiar absorbe otras aficiones que Eduardo ha tenido que aparcar por el momento: «me gustaría decir que salgo todos los días a correr o en bici pero no es así. La familia es importante y te requiere tiempo; antes era muy deportista, ahora no puedo serlo. Llegará el momento en que vuelva a tener tiempo, ahora mismo voy corriendo y solucionando todas las cosas de logística familiar y, al mismo tiempo, disfrutando. Es como cuando haces un viaje, lo bonito no es tanto llegar al sitio para verlo, sino disfrutar del camino, y en ello estoy. Esto es parte del camino, el destino no se cuál será pero el camino es este».
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