Marian Fernández, responsable de Macroeconomía de Andbank España
Esta madrileña, licenciada en Economía y Empresariales y madre de tres hijos, lleva más de 20 años dedicada a los mercados financieros y disfruta no solo analizando datos, sino comunicando lo que esos datos le dicen: «Sin duda, lo que más me gusta es comunicar. Tengo suerte, porque es la mayor parte de mi trabajo: generar y transmitir opinión. Disfruto cuando la gente, dentro y fuera del banco, entiende la economía y los mercados. Lo importante para mí es el receptor; ya sea un banquero, un cliente o un oyente de la radio. No se trata de que yo demuestre saber mucho, sino de que logre que lo que sé, se entienda ¡y guste! También me encanta que mi trabajo sea como hacer un puzzle grande, donde todas las piezas han de encajar: economía (macro y micro), sentimiento, valoraciones, política».
Ese afán comunicador, que lleva años plasmando en los distintos medios de comunicación que la llaman para recabar su opinión, impregna todo su trabajo diario: «Mi día empieza con la preparación de nuestra reunión diaria de las 9, el Morning Meeting. Con Bloomberg, internet y el correo hay mucha información a filtrar y analizar. Intentamos que no sea un resumen de prensa, sino que contenga análisis y que sea práctico: ¿compramos, vendemos o mantenemos posiciones/visión? Esa cita matutina, a la que invitamos a sumarse a ¡todo el banco! es importante y muy útil. Tiene de todo, como un buen desayuno: economía, política, renta variable y fija, divisas, valores y fondos. Y además, un turno de preguntas abierto. Para el resto del día, mi agenda es flexible: a veces, visitas a clientes, fundamentalmente institucionales. Otras, acudo a presentaciones de otros miembros de mercado, gestoras o bancos. En otros momentos, es turno de llamadas de prensa/radio/grabación de podcast, otros ‘altavoces’ que nos dan visibilidad fuera del banco. Otras veces, como banco global que somos, participo en reuniones internas con otras jurisdicciones. Y esporádicamente en mesas redondas o en la presentación de la Estrategia del banco. Paso muuuucho tiempo leyendo, y otro tanto escribiendo y haciendo presentaciones».
Afortunadamente, leer es una de sus grandes pasiones, aunque nada que tenga que ver con mercados en su tiempo libre, señala con un guiño: «Me gusta muchísimo leer y leo de todo: novela, ensayo, teatro. Me dejo aconsejar por mucha gente: compañeros, amigos, mis propios hijos (¡sí, también literatura juvenil) o clientes. Junto con mi marido y unos amigos, tenemos un ‘Club de Lectura’ que, aunque suena muy rimbombante, es tan cercano como leerse todos el mismo libro, ahora estamos con ‘Sapiens’, y quedar para cenar y compartir lo que hemos leído. Es una idea preciosa que permite tener una visión más rica de lo leído: ¡es como hacer muchas lecturas en una! Aprovecho el trayecto en metro y lo ligerito del libro electrónico para arañar tiempo de lectura. En casa, el libro en papel me sigue gustando mucho. Además de Sapiens, estoy ahora con las obras de teatro de Mayorga y releyendo un libro sobre adolescentes. También me gusta mucho, cuando se puede, ¡viajar! Tengo la inmensa suerte de que mi marido es un gran guía, sabe mucho de arte y conoce mucho mundo. Entre los destinos que más me han gustado, Myanmar, una Asia ‘amable’, serena, distinta de nuestro día a día. Próxima parada, Marruecos, exótico y tan cerca».
Marian se define como natural, optimista, agradecida. «Y a la vez, tengo cierto genio, así que a veces arranco como un torete, pero olvido los enfados con facilidad, no soy rencorosa. Mis hijos podrían añadir que tengo poca paciencia, y que soy una pesada con el orden y seguro que algo de razón tienen ;)». Energía no le falta, ya que, además de esa completa agenda profesional, saca tiempo para cargar pilas a través del baile y el ejercicio: «Todas las semanas voy a clases de zumba, juego al pádel y hago yoga. Me gusta mucho bailar, la música me pone de buen humor y me llena de energía. También ha dedicado su tiempo al voluntariado: «Antes de nacer mis hijos, mucho y en caminos distintos: personas sin hogar con Solidarios para el Desarrollo, talleres con niños en riesgo de exclusión o residencias de ancianos. Y ahora, que mis hijos van dejando de ser pequeños, empiezo a recuperarlo ¡y en familia!: recogida de alimentos, carreras solidarias y actividades varias a través de la parroquia a la que vamos. Tú das un poco de tu tiempo y, a cambio, recibes confianza, gratitud, lecciones de vida. Ahora con mis hijos me mueve que abran los ojos, que vean las distintas caras de la vida, mucho más allá de nuestro pequeño espacio familia-colegio-amigos, que sean sensibles hacia otras realidades y que sientan que tienen una responsabilidad con los demás». Donde no es tan fácil encontrarla es en la cocina: «No, de hecho solo cocino cuando falta mi chef, mi marido. Tenemos la suerte de que cocina divinamente y le gusta, así que solo le suplo cuando está de viaje, y con lo básico: pasta, filetes…Mis hijos me toman el pelo y me dicen que me quedan muy bien las salchichas y el café, jajaja».
Como queda claro al escucharla, la familia es para ella fundamental: «Tengo un concepto de ‘familia grande’, donde entran mi marido, mis hijos, mis padres; pero también sobrinos, primos, cuñados. Me encanta pasar tiempo con todos ellos, sobre todo con los que creo que más me necesitan, mi pequeña prole. Con mis hijos, como bien dice mi padre ‘crezco con ellos’: que si al pequeño le gusta el fútbol, a los partidos que vamos; al mediano que es un ‘artista’, a fomentárselo, a disfrutarlo; si la mayor necesita hablar, pues a prestarle atención, a estar ahí. No siempre es fácil compaginarlo en el día a día, a veces hay poco tiempo o cansancio. Pero agradezco tener mucha ayuda (de mi marido, de los abuelos) y espero que mis hijos me disculpen en lo que no llego o, peor aún, me equivoco. Los amigos también son muy importantes para mí, aunque la vida social de mis hijos cada vez ocupa más espacio. Para poder vernos intentamos organizar comidas, salir al campo o hacer viajes en bici».
Si se le pregunta qué es lo que más valora en una persona, Marian no tarda en responder: «Que sea buena gente: generosa, sincera, íntegra. Admiro a las personas directas, que llaman al pan pan, y al vino vino. Me gusta mucho hablar y tanto o más escuchar, así que me encantan las personas con las que se conversa bien. Y me gustan los ‘disfrutones’, los que tienen curiosidad y saben que la vida es puro regalo».
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