Maite Lázaro, encargada de la Correduría de Seguros de Andbank España
Maite está poniendo en marcha un nuevo departamento en Andbank y se muestra cargada de optimismo por el nuevo proyecto: «Mi día a día es entretenido porque ningún día se repite, tengo reuniones con las compañías aseguradoras, con banqueros privados que solicitan información de productos, también con agentes financieros del banco y con clientes. Tenemos una ventaja diferencial y es que no colaboramos en exclusiva con una sola compañía como hace la mayor parte de la banca, en nuestro caso al ser correduría podemos analizar dentro de las compañías con las que colaboramos el producto que mejor encaja con cada cliente y esa posibilidad de arquitectura abierta es fundamental en nuestro negocio. Somos conscientes de que tenemos mucho recorrido en este nuevo proyecto, podemos hacer muchas cosas, ser innovadores y conseguir lo que nos propongamos en este sentido». Un proyecto para el que vienen bien algunas de sus características personales: «Creo que tengo un carácter abierto que ayuda mucho y soy bastante organizada. No tengo problema en exponer lo que pienso y, si veo alguna complicación, intento afrontarla y plantear soluciones siempre que puedo. Para mí no hay ningún problema importante en la vida, o intento que no lo haya; salvo, claro está, la muerte de seres queridos. Fuera de esto, todo tiene solución por lo que no hay que preocuparse más de lo necesario. Mi reflexión es que al final los problemas son tan grandes como los hacemos».
Esta madrileña nacida en Chamberí tiene su corazón repartido entre Madrid y Bilbao: «Es curioso cómo Madrid como ciudad enorme te engancha y de vez en cuando tienes la necesidad de tener que salir, es contradictoria en este sentido. Bilbao es una ciudad especial para mí, en la que he vivido y disfrutado durante muchos años. Lugares como Plentzia, Algorta o los fuegos de la semana grande me traen muy buenos recuerdos. Mantenemos amigos muy especiales allí y es cita obligada ir todos los años».
Para ella la familia es el centro de todo: «mi motor es mi familia: mi marido y mis dos niñas. Les dedico el 100% de mi tiempo cuando puedo simplemente estar, hacemos planes juntos todos los fines de semana que es cuando más tiempo tenemos para disfrutar juntos. Los sábados vamos a montar a caballo a Guadarrama y nos sirve para desconectar y respirar aire puro y desde que tenemos un cachorrito de Golden, ‘Nairo’, de 6 meses, damos muchos paseos por el campo». La música ocupa un lugar destacado en la familia: «Mi hija Naia, de 10 años, hace doble especialidad en piano y violín; Aroa, de 7, toca piano y es pintora de cuadros, y digo con mucho orgullo que las dos son todo lo artistas que yo no he podido ser. Empezaron a tocar las dos el piano con 4 años y, como no sabían leer, aprendieron a relacionar cada nota con un dibujo: la nota Fa era una farola, la nota Sol era un dibujo de sol … tengo esas partituras de recuerdo porque son muy graciosas».
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