Hoy hablamos de dos compañías en las que hemos invertido a través de nuestro fondo Global Sustainable Impact (GSI), que tienen contribución directa al mundo de la descarbonización y de la economía circular, en áreas como la gestión del ciclo integral del agua, el tratamiento de residuos o la generación y distribución de energía.
En Veolia, más ligada al segmento de los servicios medioambientales en ciudades al ofrecer soluciones de economía circular, destacamos la parte de la gobernanza (la G de la ESG), con unos objetivos y prácticas bien alineados con los diferentes grupos de interés de la compañía. Una única clase de acciones con una estructura de capital que otorga mas derechos de voto a los accionistas de largo plazo de la compañía y un Consejo equilibrado en materia de género (60% hombres y 40% mujeres) y mayoritariamente independiente (93%).
Desde un punto de vista fundamental, destacar el buen momentum de concesiones y el menor peso en el mix de vertederos en el negocio de Residuos. El esfuerzo en optimización de costes de los últimos años y un balance más equilibrado sigue dando visibilidad al investment case de la compañía, con el foco puesto en el crecimiento internacional orientado a servicios.
Con enfoque ESG, nos gusta ver a la compañía ligada al mundo de los fondos temáticos, en el ámbito de la gestión del ciclo integral del agua. Su contribución a la consecución del sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible (Agua limpia y Saneamiento) en materia de inversiones y nuevas infraestructuras está fuera de duda.
La idea de Engie va ligada al mundo Best In Class y, más concretamente, al segmento de Best effort, con un objetivo ambicioso de descarbonización, si bien este proceso le está generando problemas por el lado social (la S de la ESG) por los despidos que está afrontando, que pueden tener un efecto desmotivador en la plantilla.
Una buena parte del CAPEX de la compañía en el plan estratégico actual va ligado al crecimiento en renovables (9 GW en 2021) y destaca también frente a comparables en el esfuerzo de un uso más moderado de agua. Estos 2 factores y una CEO de la compañía totalmente alineada y vinculada al mundo de la sostenibilidad nos hace pensar que Engie puede llegar a ser best in class dentro del sectorial en un futuro próximo.
Desde el punto de vista fundamental, el investment case viene de una historia de reestructuración, que ha simplificado mucho su estructura (de 50 países va a pasar a 20). El guidance que da la compañía en términos de beneficio neto parece conservador (+7/9%) y a estos niveles cotiza a 6% de rentabilidad por dividendo y creciendo potencialmente al 6% en ingresos.
Veolia y Engie, por tanto, sin ser Best In class, nos complementan el posicionamiento en el sectorial de utilities del fondo, en el camino hacia una transición energética alineada con los objetivos del Tratado de París.