Hemos conocido esta semana un dato muy relevante para la economía europea: el PIB del cuarto trimestre de la Eurozona: una desaceleración del ritmo hasta un 0.1% intertrimestral. Destaca la contracción en Francia (-0.1% qoq) y en Italia (-0.3% qoq). La lectura final del conjunto del año para Europa fue de un triste crecimiento del 1%. Y recalco lo de triste, porque supone el ritmo más bajo desde 2013. La buena noticia es que nuestros canarios, dispuestos a lo largo de esta peligrosa mina de carbón, venían indicando la ausencia de peligro por un deterioro adicional del crecimiento. Uno de estos canarios es el ratio de órdenes/inventarios, que venía mejorando en Alemania y era indicativo de la mejora que empezaba a visualizarse en los PMI, que repuntaron de 46.3 a 47.9. La mala noticia es que vino el coronavirus y echó a perder las esperanzas de continuidad en el corto plazo. Hay que entender que la desaceleración esperada en China impactará con toda probabilidad en Europa durante este primer trimestre de 2020. ¿Cuánto? Buena pregunta.
Sabemos que por cada 1% de desaceleración en el PIB de China, Europa se resiente un 0.2%. Si hacemos caso de algunas firmas respetables de análisis, que parecen estar de acuerdo en fijar el coste por impacto de las medidas de prevención tomadas por Pekín en un del 2% del PIB, esto me lleva a la conclusión de que cabe esperar un efecto en PIB Eurozona del -0.4% que se desplegará durante la primera mitad del 2020.
Sectores y países más perjudicados de la economía europea
Hoy leía al siempre interesante N. Andrews, y aprendí cosas interesantes: turismo y bienes de lujo serán los sectores más afectados en Europa. Los países más afectados serán Italia y Francia. ¿Por qué? 6 millones de chinos visitaron Italia en 2019, con un gasto equivalente al 0.5% del PIB de Italia. Los compradores chinos adquieren el 33% de todos los artículos de lujo en Francia. La buena noticia es que la profundidad y la duración del frenazo en el PIB de China dependerá de la progresión de este virus, para el que ayer parecían vislumbrarse algunos avances en la obtención de una vacuna. La otra buena noticia es que la experiencia indica que una rápida contención del brote (escenario central, si se me permite decirlo) resultará en una recuperación en forma de “V”.
Cordiales saludos
Economista jefe