En el inicio de 2023, el fondo mixto de Andbank Sigma Balanced ha experimentado un comportamiento positivo durante los dos primeros meses del año. Hablamos con Jordi Riera, Head of Advisory & Portfolio Management de la entidad, para conocer los detalles y expectativas del fondo en este nuevo año.
/ ¿Cuál es el valor diferencial del Sigma Balanced?
La principal diferencia del Sigma Balanced en relación al resto de fondos mixtos es la flexibilidad en la gestión de los activos que componen su cartera. Una adaptabilidad que no se define únicamente por las reglas de inversión del propio fondo, sino por la capacidad para entender cómo y cuándo hay que mezclar las distintas clases de activos, producto de la experiencia de una mirada macroeconómica crítica, ecléctica y global. El tiempo ha demostrado que para conseguir un producto de alto valor añadido para nuestros clientes de banca privada, hay que ser capaz de gestionar de forma metódica y exigente pero sobre todo adaptable. Una virtud vital para conseguir unos retornos consistentes en el tiempo con una volatilidad controlada, en un entorno cada vez más dinámico.
/ Al tratarse de un fondo mixto, ¿cómo balanceáis actualmente la cartera? (porcentaje de exposición a renta fija / variable).
Trabajamos con una aproximación macro que analiza las variables más relevantes que conducen las principales economías mundiales y que nos permite implementar la estrategia más óptima. Y esto nos ayuda a definir el marco de decisión para fijar la asignación de activos más adecuada según nuestra visión de los mercados.
En el entorno actual de yields, somos más proclives a invertir en bonos. Después del brutal repricing del 2022, y aún a pesar de las expectativas de inflación, creemos que en absoluto y en relativo tiene mucho más sentido invertir en renta fija que en renta variable. De hecho, los últimos cambios realizados durante los últimos meses han ido en esa dirección, y en concreto hacia la deuda gubernamental. Otra cuestión algo más compleja a plantear, es en qué vencimientos hay más valor. Aunque los tramos largos no nos disgustan, con las pendientes en negativo, consideramos que los tramos cortos son una mejor alternativa, a la espera que los próximos datos sobre precios nos ayuden a esclarecer donde se puede situar el techo de los tipos de interés.
A finales de este mes de febrero, y después del rally de inicio de año, nos estamos acercando al 40% en renta fija y sólo un 30% en renta variable después de coberturas. Además, mantenemos un importe elevado en efectivo y letras a muy corto plazo a la espera de posibles correcciones.
/ ¿Qué criterios de selección tenéis para elegir a las compañías por las que apostáis?
En renta fija, aplicamos criterios bastante restrictivos para los emisores corporativos, puesto que el objetivo último es el de evitar cualquier evento de crédito. En este apartado implementamos técnicas de análisis de riesgo crediticio sobre la información financiera más representativa como los niveles de apalancamiento o la capacidad de generación de flujos de caja y otras variables vinculadas al sector y a su entorno competitivo.
En renta variable invertimos en una representación de todos los sectores clásicos, pero modificamos su peso en función de la visión del mismo y del punto del ciclo en el que nos encontramos. En la selección de acciones de cada uno de ellos, utilizamos un primer filtro cuantitativo, basado en un ranking multifactorial, que nos permite identificar las mejores compañías en cada sector. Posteriormente, aplicamos otro tipo de análisis más cualitativo, basado en ventajas competitivas y la calidad del management entre otros, que complementa y apoya la decisión final para apuntar a los nombres que creemos que pueden tener un mejor comportamiento en el medio/largo plazo.
Además, utilizamos criterios de sostenibilidad en la selección de todos los nombres susceptibles de incorporarse a la cartera. Un filtro que sin voluntad de ser activamente restrictivo, nos ayuda a escoger las empresas que cotizan con un buen rating o con expectativas de mejorar su calificación ESG.
/ ¿En qué sectores habéis puesto foco en este arranque de año?
Básicamente hemos mantenido un sesgo en tecnología, comunicaciones e industriales, con especial énfasis en algunos nombres de perfil cíclico. También apostamos por una fuerte infra ponderación en otros sectores que funcionaron muy bien en el 2022 como el sector salud, donde veíamos menos recorrido.
/ El fondo ha iniciado 2023 con muy buen comportamiento. ¿Cuál ha sido la clave del éxito? ¿Qué estrategia habéis seguido?
Nos hemos apoyado fundamentalmente en tres claves:
- Una exposición notable a renta variable europea que ha arrancado especialmente bien.
- Un sesgo a tecnología US que ha sorprendido positivamente en un contexto de ratios menos exigente y tipos de interés más amables.
- Una exposición a renta fija con poca sensibilidad a riesgo de tipos que ha ayudado en un arranque positivo de los bonos.
/ ¿Qué previsiones manejáis para los próximos meses? Entorno macro, criterios ESG…
El 2023 va a seguir siendo incierto, aunque probablemente algo menos volátil que el ejercicio anterior. Hay menos margen para la sorpresa en términos de política monetaria, después del cambio de rumbo del pasado año. Aun así, y aunque nos declaramos claramente compradores de renta fija y compartimos parte de la fe del mercado en la inversión en bonos, sí creemos que va a ser clave en qué tramos y en qué momentos ejecutar las inversiones. La deuda gobierno empieza a ganar tracción en la asignación de activos, y por el contrario, el crédito podría ser uno de los damnificados si los bancos centrales no conducen adecuadamente la combinación de desaceleración e inflación elevada.
En renta variable, la incertidumbre presumiblemente será mayor, y aunque el arranque del año ha sido muy prometedor, quedan demasiadas dudas sobre el crecimiento y la inflación para que los índices sigan cotizando tanta complacencia. Las primas de riesgo se han reducido mucho, y los incentivos para reducir riesgo se van acumulando. Pensamos que tendremos ventanas atractivas de oportunidad, pero parece difícil que durante este 2023 el mercado recupere una direccionalidad positiva sin las inyecciones de liquidez de las que ha disfrutado durante la última década.