Los inversores siguen preocupándose por la escalada de las tensiones en Oriente Próximo y el aumento del rendimiento de los bonos en Estados Unidos. La rentabilidad a diez años, en el 4,968%, nunca había estado tan cerca del 5%, un nivel que no superaba desde 2007, justo antes de la crisis financiera mundial. «Cuando veo que los bonos estadounidenses a diez años se venden de forma tan agresiva a pesar de las elevadas tensiones geopolíticas, concluyo que hay más potencial alcista. Y un movimiento por encima de la marca del 5% está destinado a aumentar la presión vendedora sobre el S&P 500 en plena temporada de resultados, buenos o malos», comenta Ipek Ozkardeskaya, de Swissquote. Así, desde hace semanas, varios funcionarios de la Fed vienen defendiendo que los tipos de interés estadounidenses deben seguir siendo restrictivos durante algún tiempo, y es probable que Jerome Powell, que tiene previsto dirigirse al Club Económico de Nueva York a las 18:00, repita este leitmotiv, «más altos durante más tiempo», lo que podría aumentar aún más la presión sobre el mercado de renta fija.
La guerra entre Israel y Hamás, que amenaza con perturbar el mercado energético, es la otra gran fuente de inquietud para los inversores mundiales. Los precios del crudo subieron ayer con fuerza después de que Irán pidiera un embargo de las exportaciones de petróleo de los países musulmanes al Estado judío. Pero como la OPEP no da señales de apoyar el boicot y Estados Unidos suaviza sus sanciones al crudo venezolano, los precios están bajando ligeramente. El crudo Brent, que llegó a alcanzar los 93 dólares el miércoles, ha vuelto a situarse esta mañana en torno a los 91 dólares.