El episodio de risk off de agosto parece haber quedado en una “tormenta estival”, con unos mercados que en escasas sesiones habían recuperado buena parte de las caídas. ¿Cómo? Sin necesidad de “cortafuegos” extraordinarios como la rumoreada bajada de tipos entre reuniones desde Estados Unidos, sino tranquilizados por mejores datos macro y mensajes de algunos bancos centrales (BoJ y FED, especialmente). Unos y otros restaron apoyo a los temores de mercado de un aterrizaje brusco en Estados Unidos o de políticas monetarias que queden “por detrás de la curva”, o de un rápido final del carry trade en yenes.
Aunque no todo sigue igual. Así, las bajadas de tipos más rápidas, las curvas más planas, el yen más fuerte, se han quedado con nosotros.
/ “Ha llegado el momento de ajustar la política monetaria” (Powell)
Éste ha sido el mensaje principal en Jackson Hole, siguiendo a unas Actas dovish que recogían, no sólo el apoyo a un primer recorte en septiembre, sino la voluntad de algunos miembros de haber arrancado ya en julio. Fin así al ciclo de mayor intensidad en las subidas y uno de los más largos en “meseta”.
Septiembre es así la reunión en la que iniciar las bajadas de tipos, con la incógnita de si será un arranque lento (-25 p.b.) o más contundente (-50 p.b.). La lógica invita a pensar en lo primero, con tiempo para acelerar después si las condiciones macro así lo demandaran. “El ritmo, la intensidad de los recortes de tipos dependerá de los datos, las perspectivas y los riesgos”, dijo también Powell. Palabras que aplican también a movimientos posteriores, con un mercado que descuenta cuatro bajadas de aquí a final de año y más relajación monetaria en 2025.
/ Otoño de bajadas también en el BCE
Y es que la inflación así lo permite, con recortes particularmente de la tasa general (desde el componente energético) ya en el 2,2% YoY. En esto vienen a coincidir todas las voces del BCE, pero a partir de septiembre la senda es para algunos menos clara, con una desinflación de servicios estancada desde noviembre. Según Schnabel, del BCE, “la pauta de política monetaria no puede ser mecánica”, lo que sugiere próximas bajadas de tipos no automáticas, en todas las reuniones. Seguimos esperando otra adicional para diciembre. Más allá el ritmo dependerá de si se confirma el control de la inflación, y la vista seguirá puesta en salarios y márgenes empresariales, con señales favorables a la fecha.
/ Y un Banco de Japón sin cambios hasta 2025
La subida, inesperada, de tipos del BoJ fue uno de los detonantes del “flash crash” del verano. Sorpresa que pasó factura y que llevó a un rápido giro del BoJ, que vino a aclarar que no subirían tipos en momentos de inestabilidad de los mercados, y se desmarcó de los (rápidos) procesos de normalización seguidos en Estados Unidos o Europa. Mercados que no esperan así movimiento alguno en 2024 y sitúan en 2025 la próxima subida de tipos. Economía que ha salido de la deflación y con crecimientos de actividad, salariales, positivos en términos reales.
Mientras tanto, seguimos atentos a las posiciones cortas en yenes, muy corregidas. Aunque difícil resulta encontrar indicadores agregados que muestren toda la exposición…