El foro de los banqueros centrales, virtual en tiempos de COVID, sigue a una semana en la que hemos tenido más “color” de las últimas reuniones de julio:
Así, en las actas de la FED, lo más importante, de corto plazo, es que la mayoría de sus miembros no ven necesidad de control de la curva, que quedaría así descartado de cara a la cita de septiembre.
¿Por qué? Creen que los tipos a largo están en niveles bajos, que el forward guidance está bien recogido en mercado y que el control de la curva lleva aparejados una serie de costes. Tema de costes-beneficios. FED cauta con
la recuperación dada la incertidumbre en torno al coronavirus, con algunos miembros de la FED reconociendo que medidas adicionales podrían ser necesarias. Poca preocupación, a la fecha, por la inflaciónconsiderando que los efectos negativos sobre la demanda agregada que de momento más que compensan la presión al alza de algunos precios. Últimas cifras de inflación llamadas a ir recortando en los meses venideros en las distintas economías.
¿Y las Actas del BCE? Mostrando variedad de opiniones sobre la utilización plena o no del importe del programa de compras de la pandemia, PEPP.
Otros bancos centrales en la semana: el de Australia, que no ve necesidad de más estímulo. O el Riksbank en Suecia que no quiere volver a los tipos negativos sobre la base de que otras medidas tienen el mismo impacto, no descartando la ampliación del QE si fuera necesario.
Nos acercamos a la cita de Jackson Hole (27-28 de agosto) con este hilo conductor “Navegando en la próxima década: implicaciones de política monetaria”. Bancos centrales que miran así a largo plazo. Lo más importante será el 27 con el discurso de Powell en el que el mercado buscará pistas sobre la revisión de estrategia en torno al objetivo de inflación que está acometiendo la FED. Más allá de las autoridades monetarias, seguimos sin nuevo plan fiscal en EE UU. Mercados que están tranquilos ante lo que parece sólo un
retraso en el acuerdo, aunque empiezan a cubrirse de cara a elecciones americanas.