Trabajar en un entorno de diseño vanguardista, o en un espacio sostenible, original y creativo, compartiendo mesa, ideas y gastos. Así funciona la filosofía del Coworking -o Cotrabajo, en castellano-. Una tendencia en auge, surgida en EEUU y extendida ahora a Europa, que reúne a trabajadores en un espacio de trabajo común, en el que se comparten servicios, equipamientos y determinados gastos fijos, de forma permanente o eventual, con los objetivos principales de reducir costes y fomentar la colaboración entre emprendedores.
Una alternativa en tiempos de crisis que ofrece espacios con despachos a la carta –individuales o compartidos- totalmente equipados que se pueden alquilar por horas, días o meses con acceso, incluso, las 24 horas del día, servicios propios de un edificio de oficinas -desde limpieza hasta Internet-, salas de reuniones y zonas comunes en las que poder tomar un respiro. O un café.
En resumidas cuentas, los porqués de una filosofía Coworking son:
– Alquiler flexible. Elije un espacio a tiempo completo o parcial, durante el periodo que necesites: días, meses o años.
– Espacio personalizado. Espacio de trabajo privado, diáfano o compartido; equipado según sus necesidades y con las últimas tecnologías. Sólo necesitas tu portátil.
– Ventajas económicas. Sin inversión inicial o costes anticipados. Ahórrate todos los gastos de propiedad y mantenimiento.
– Adaptación. Transforma tu espacio de trabajo según las necesidades cambiantes de tu negocio – crecer, reducir o reubicar.
– Ubicación. Garajes, antiguas naves industriales, oficinas en edificios céntricos… Un gran abanico de posibilidades que se ajustan a tu presupuesto, ubicación y estilo de vida.
– Generación de sinergias. Ofrece la oportunidad de dar impulso a la innovación, la mejora de la competitividad y la promoción del sector gracias a las colaboraciones que pueden surgir al compartir espacios e ideas comunes.
Nuevos tiempos y nuevos espacios laborales que combinan lo mejor de una oficina, el ambiente de un café y el confort de una casa.