La última vez que el euro tocó 1.20 contra el dólar provocó una reacción por parte de los oficiales del BCE (liderados por Christine Lagarde) que apuntaron la necesidad de evitar subidas adicionales de la moneda única por sus efectos en la erosión de la competitividad, pero sobre todo, porque un euro fuerte significa importar aún más deflación (algo de lo que vamos sobrados en Europa).
Me pregunto si en esta ocasión, con el euro por encima de 1.21, esos mismos oficiales del BCE y la propia Sra Lagarde volverán a hacer un llamamiento a “controlar” la moneda para evitar subidas adicionales. Tengo 2 argumentos contrarios y que ahora mismo luchan entre sí dentro de mi cabeza: Uno me indica que el BCE va a ser más tolerante en esta ocasión (dejando correr al euro). El otro me indica que el BCE volverá a mostrarse firme y querrá poner un freno al auge del euro. ¿Se las expongo?
1. El BCE puede mostrarse más tolerante a subidas del euro: Aunque que el euro ha subido en el mes un 4.08% (vs el dólar), se ha mantenido estable contra el CNY, la GBP, el resto de monedas de países desarrolladas, estable también contra las monedas emergentes importadores de commodities, o incluso se ha depreciado contra las monedas emergentes exportadoras de materias primas del este de Europa (como el rublo). ¿Por qué es esto importante? Los oficiales del BCE no se fijan tanto en el cruce euro/dólar, y sí en cambio en el Broad Trade-Weighted Exchange Rate (euro contra todas). La relativa estabilidad de este tipo de cambio ,más amplio (Broad) significa que el BCE podría tolerar mejor la situación actual.
2. El BCE puede volver a “levantar la mano” para frenar la subida del euro: Y es que la subida del euro en términos nominales ha venido acompañada también de un fuerte aumento del euro en términos reales (REER), que acumula un salto del +4.7% en el año, y esta sí es una buena medida de la evolución de la competitividad (en este caso, pérdida de competitividad por apreciación real). En un momento en el que Europa está inmersa en una de las crisis más graves de su historia reciente, las perdidas de competitividad te hunden aún más en la recesión. No menos importante es entender que la revalorización del euro contribuye a importar aún más deflación, un problema serio que el BCE parece no poder atajar. Con los datos de Noviembre, la inflación en la Euro área (headline CPI) se situó en el -0.3% yoy, mientras que en USA está en el +1.65%. Los niveles de hoy del euro/dólar (1.21) alejan peligrosamente al BCE aún más de su objetivo de inflación en el 2%, que parece ya inalcanzable. Este argumento poderoso me hace pensar que dentro del BCE alguien pueda empezar a ponerse nervioso con la cotización del euro.
¿Qué argumento predominará? No lo sé. La psicología de las masas juega un papel demasiado relevante, y hace mucho tiempo decidí no dedicarme a la psicología (comprendí que era mejor arreglar mis traumas siendo algo indulgente en la complacencia con el buen vino y las artes literarias). No obstante, sí puedo decirles dos cosas:
1. Hemos fijado un rango de actuación que nos permita preestablecer una estrategia de gestión: En 1.23 eliminaríamos las coberturas del dólar (nos expondríamos), y en 1.16 volveríamos a cubrir las posiciones en dólares.
2. Adicionalmente, lo que intuyo tras el repunte del euro, es que el BCE va a seguir enfocado en continuar con su política monetaria acomodaticia, subsidios mediante TLTROs, y alargamiento de sus compras de activos mediante el programa PEPP (que por supuesto deberán ser financiadas con nueva emisión de moneda, que a su vez alterarán el ratio entre las cantidades disponibles de euro y de dólar en el mundo; algo que a la larga debe jugar en favor de aquel que emite menos –en este caso el dólar-). Pero esto ya se verá.
Economista Jefe Global de Andbank