La facturación global y los envíos internacionales de semiconductores subió a un récord histórico en los tres meses hasta mayo. A pesar de esto, sigue habiendo escasez, dado que la oferta aún no sigue el ritmo de demanda. Una demanda que ha estado reprimida durante muchos meses y que se ha desatado violentamente tras el levantamiento de las restricciones. Esta escasez sigue provocando la interrupción de la cadena de suministro en sectores como la automoción y la industria de las telecomunicaciones móviles (que dependen en gran medida de estos chips), pero es innegable que la oferta también ha sido capaz de aumentar su ritmo a niveles nunca vistos, y esto es debido a las fuertes inversiones en capacidad que inversiones los fabricantes de chips están llevando a cabo. Por esta razón, pienso que una vez la demanda y el consumo pendiente hayan sido colmados, veremos como estos problemas de escasez se acabarán rápidamente. El futuro de los semiconductores solo tiene un destino, y es el de la sobrecapacidad. En poco tiempo, este problema dejará de ser un driver inflacionario.