Asumir una estrategia de inversión socialmente responsable, con criterios ESG, permite reducir los riesgos sin comprometer el rendimiento de la inversión. Sobre ello debatimos hace unos días en un coloquio organizado por el Colegio de Economistas de Cataluña, en el que participó Rubén de la Torre, gestor del fondo Sigma Global Sustainable Impact de Andbank Wealth Management.
Hablamos de un mundo en transición que exige tener en cuenta criterios pre-financieros, criterios ESG, a la hora de invertir, que tengan en cuenta el esfuerzo de las empresas en las que invertimos en reducir el impacto negativo que su actividad genera en el medioambiente, que traten de dejar una huella positiva en la sociedad vía educación, derechos sociales, diversidad o igualdad, y regirse por criterios internos de buen gobierno.
Rubén de la Torre defendió que «el mercado es capaz de pagar el futuro, ya que integrar ESG en la inversión no compromete retornos y reduce riesgos». En este sentido, desgranó ejemplos de inversión como Chr Hansen en el sector de alimentación, Tomra, en reciclaje de plásticos y latas o Terna, una forma de participar en la transición energética a través de un líder sectorial.