El estancamiento de las negociaciones sobre el aumento del techo de la deuda en Estados Unidos con un aumento en la dislocación de los vencimientos a corto plazo que se acercan al 7% en junio, ha derivado a una preocupación palpable en las actas de la Fed.
Estas actas muestran división sobre la necesidad de más aumentos de tipos, el impacto de las tensiones del sector bancario, y una lenta moderación de la inflación por el otro. Nos encontramos con un mercado que sigue descontando 3 bajadas de tipos en el 2º semestre, que la Fed no ve por el momento.
Así, Fitch ha colocado la calificación AAA de Estados Unidos. en “vigilancia negativa”, y su modelo sugiere que un incumplimiento arrastraría la calificación a AA-. Todo ello a pesar del optimismo del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, sobre un acuerdo a tiempo para evitar un incumplimiento.
Por otro lado, abandonando la política monetaria expansiva que ha predominado los últimos 20 años, los tipos reales se ponen en positivo tras el shock de precios de 2022.
La cita clave de la semana llegará mañana con el deflactor PCE, la variable de precios más seguida por la Fed y para la que se estima un ligero repunte, mientras que para la tasa subyacente se prevé se mantenga estable