Nos acercamos a dos grandes citas en lo político, y veremos si con transcendencia también en lo económico. La más inmediata, ya en marcha, una nueva cumbre de la Unión Europea con el Brexit en la agenda, la penúltima gran cita europea prevista antes de que expire el periodo de transición para Reino Unido. Y dos semanas después, las elecciones presidenciales americanas, el 3 de noviembre. ¿Qué impacto tendrán una y otra en los mercados financieros?
Empezando por el Brexit, estas semanas de negociación han traído consigo progresos limitados, ninguno en las áreas destacadas (pesca y normas de competencia). Un acuerdo amplio no parece así al alcance en esta reunión. Aunque Boris Johnson había amenazado con iniciar los preparativos para una salida sin acuerdo si no había consenso llegado este punto, todo apunta a que seguirá negociando, más aún teniendo en cuenta cómo su popularidad ha ido a la baja en los últimos meses. Como también lo harán, a priori, el resto de países de la UE, con el negociador comunitario buscando más flexibilidad y con Francia, Alemania e Italia
apuntando a noviembre para continuar con las conversaciones. Esta cita bien podría ser de “nueva patada hacia adelante”, de econocimiento de que ha habido algunos avances e impulso para no levantarse de la mesa de negociación. Y con este nuevo aplazamiento, menos tensión inmediata para los mercados.
En cuanto a las elecciones americanas, la ventaja, a la fecha, es clara para los demócratas: 10 puntos le saca Biden a Trump en intención de voto, creciendo desde finales de septiembre (ver gráfico), y con un Senado que podrían llegar a ganar los demócratas. Pero una cosa son las encuestas y otra los votos. Además, en esta ocasión, el alto peso del voto por correo y la no descartable resistencia de Trump a aceptar, en su caso, no ser el vencedor, podría complicar las cosas. ¿Cómo? Retrasando en el tiempo la toma de posesión de un nuevo Presidente, lo que en el pasado fue negativo para mercado y que en esta ocasión se suma a un nuevo programa fiscal que sigue pendiente de aprobación por las diferencias entre republicanos y demócratas. En el programa de Biden figuran subidas de impuestos, plan de infraestructuras, más gasto público,… Fuera de lo estrictamente fiscal, podríamos ver una postura de menor confrontación en relación con China y una mayor diplomacia internacional. Candidatos muy diferentes, ¿lo serán también para los mercados? Si tomamos como referencia cercana las presidencias de Obama y Trump, una victoria demócrata o republicana no se dejó notar en el comportamiento agregado de los índices pero sí en algunas diferencias sectoriales, siendo las subidas en la renta variable de base más amplia, más repartidas con un Presidente demócrata.
Más allá de la política, los datos, en este caso desde las empresas, con el inicio de la publicación de los resultados trimestrales. El consenso de mercado ha ido mejorando las expectativas de beneficios durante todo el verano. A diferencia del segundo trimestre, donde el pesimismo reinante dejaba espacio para las sorpresas positivas, este tercer trimestre las expectativas están lejos de escenarios negativos. Así, en esta ocasión, habría más margen para la decepción… Los primeros compases, con los resultados de los bancos americanos, vienen con saldo mixto: mayor cifra de negocio de banca de inversión, impacto negativo de los
bajos tipos de interés y unas menores provisiones que vuelven a los niveles previos a la crisis del COVID-19.