Terminamos un año complicado, y eso estadísticamente hace más improbable que el siguiente siga siéndolo. Sin embargo, existe la posibilidad de que, en caso de tener un 2023 malo, pueda ser incluso peor que el año pasado, por lo que debemos estar atentos a esta posibilidad. Pero mirando más allá, se antoja un año de compra de las caídas.
2023 será el año en el que el apetito inversor vuelva a Europa a través del value. Sorprendentemente, ha sido el único mercado en donde, a pesar de las caídas, se ha mantenido un formato risk on por el inversor.
/ ¿Qué se puede mantener inercialmente de cara a empezar el 2023?
Pensamos que algunas de las inercias que trae el 2022 se mantendrán al menos en este inicio del año. Apostamos por Europa frente a Estados Unidos y por el value frente al growth. Es decir, lo mejor y más barato con calidad y dividendo.
/ ¿Qué se debe vigilar en el 2023?
Por un lado, tendremos que estar pendientes de la FED. A lo largo del año, habrá que vigilar un cambio (o no) de política monetaria en un entorno recesivo (o no), ya que nos dará pistas de cuándo y qué comprar según vaya transcurriendo el año.
Por otra parte, el sentimiento y posicionamiento. A pesar de las caídas, los inversores aún mantienen una actitud de compra en las caídas. Si queremos ver un suelo cíclico fiable necesitamos mayor escepticismo por parte de los participantes de mercado.
Además, mantenemos una visión positiva de forma relativa en Europa, a pesar de la situación geopolítica y es que ahora, además, de valor mantenemos el momentum de beneficios.