El market timing es una estrategia que consiste en tomar decisiones de compra o venta de activos financieros: acciones, bonos, divisas, intentando anticipar el movimiento que tendrá el precio de estos activos, al alza o a la baja. Para ello, se basa tanto en análisis técnico como fundamental, es decir, en las conclusiones que se pueden extraer de los niveles de precio que nos muestran los gráficos, así como en sus beneficios, ventas, deuda y otras magnitudes relevantes que den idea de la marcha del negocio del activo, economía o país en cuestión.
Como señala Fernando Hernández, subdirector de Andbank Wealth Management, “el market timing es una herramienta que se debe utilizar cuando tenga sentido para tus objetivos. En los vehículos de banca privada solemos utilizarla porque nuestro interés último es maximizar el beneficio, mientras que en algunos fondos del banco se evita, ya que el objetivo es ser los mejores en su segmento”.
Los defensores del market timing destacan la importancia de entrar en el momento adecuado en el mercado, estudiando todas las variables que entran en juego en un momento concreto y tratando de anticipar con ellas cuál será el comportamiento de los activos financieros. Todo inversor pretende comprar lo más barato posible y vender cuando el precio del activo esté lo más alto posible, para así obtener mayores ganancias.
Los detractores de esta estrategia afirman que es difícil anticipar cuál va a ser el comportamiento del mercado y un inversor poco experto puede entender que esta práctica le garantiza comprar al mejor precio. Apuntan, además, que se trata de una estrategia cortoplacista, por lo que no debería ser tan relevante para aquél que quiera invertir a largo plazo, y consideran más adecuado centrarse en una correcta diversificación de acuerdo con el perfil del inversor, más que en un posible momento ideal de entrada en el mercado.