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Nos asomamos a una semana de reuniones importantes de bancos centrales: la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) y el Banco de Japón (BOJ), tras unas jornadas marcadas por las ventas en la renta fija, particularmente en los largos plazos, con TIRes al alza en los últimos días tras la falta de acción del BCE, y los rumores de división en la FED y BOJ.
El mercado está descreído de cara a la próxima cita de la Reserva Federal. Los implícitos, a la baja, solo descuentan una probabilidad del 18% de cara a una subida de tipos para la reunión de septiembre y en torno al 50% para la de diciembre. ¿Margen de “sorpresa” en la próxima decisión de la FED? Un posible discurso más optimista, una alusión como en octubre de 2015 a “será apropiado subir el rango objetivo en la próxima reunión” parece el “riesgo”, más que una revisión de las estimaciones medias de tipos de la FED, que siguen muy alejadas de lo que cotiza el mercado y que por lo tanto poco deberían de afectar.
Opciones de cara a la reunión del Banco de Japón
Esta semana es relevante también la reunión del BoJ, dada la alta correlación de sus bonos con los mercados de renta fija europeos. Entre las posibilidades que se barajan para esta cita está la abandonar el rango medio de duración de las compras. Cambios en los objetivos de inflación o ampliación de las compras parecen descartados, y la probabilidad de un nuevo recorte de tipos también parece menor en este punto. Atentos a la subida de rentabilidades de los largos plazos japoneses, más de 25 p.b. desde finales de julio nos hace pensar si el BoJ intenta evitar un aplanamiento excesivo de la curva.